jueves, 19 de agosto de 2010

Los padres debemos afrontar el acoso escolar con calma y determinación

Los casos de bullying o acoso escolar, afloran y cada día nos percatamos que no son recientes ni raros.



Mamá, no hagás nada, va a ser peor



Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Infelizmente, es una palabra que está de moda debido a los innúmeros casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras.


El Bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. El que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc., y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre calada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hará sentir dolor, angustia, miedo, a tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.

Casos concretos de bullying

En España se estima que un 1,6% de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7% lo vive esporádicamente. Los datos varían en función de la fuente de la que procedan y del enfoque manejado a la hora de estudiar el fenómeno. Una encuesta del Instituto de la Juventud (INJUVE) eleva el porcentaje de víctimas de violencia física o psicológica habitual a un 3% de los alumnos. Y afirma que un 16% de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas.

El Defensor del Pueblo señala que en 5% de los alumnos reconoce que algún compañero le pega, mientras el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) indica que un 49% de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el colegio, y que un 13,4% confiesa haber pegado a sus compañeros.

Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies. Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, lo hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa, y ha generado múltiples debates. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno.


Causas del acoso escolar


Las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos a que son expuestos los niños


En su artículo titulado Bullying: un miedo de muerte, la psicóloga y periodista Henar L. Senovilla, afirma que las causas que pueden hacer aparecer el acoso son incalculables. Tanto como las formas en las que se manifiesta y los perjuicios que ocasiona. En general las causas o factores que lo provocan suelen ser personales, familiares y escolares.

En lo personal, el acosador se ve superior. Bien porque cuenta con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado se trata de alguien con muy poca capacidad de responder a las agresiones. El acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.

En la familia

En el terreno familiar, el origen de la violencia en chavales puede residir en la ausencia de un padre o la presencia de un padre violento. Esa situación puede generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando sean adolescentes. Además de eso, las tensiones matrimoniales, la situación socioeconómica o la mala organización del hogar, también pueden contribuir para que los niños tengan una conducta agresiva.

En el colegio

El bullying puede darse en cualquier tipo de colegio, público o privado, pero según algunos expertos, cuanto más grande es el centro escolar más riesgo de que haya acoso escolar. Claro que a eso hay que añadir la falta de control físico y de vigilancia. En los pasillos debe haber siempre alguien, profesores o cuidadores, para atender e inspeccionar a los alumnos. Aparte de eso, el tratamiento que se da a los alumnos es muy importante. La falta de respeto, la humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos llevan a un clima de violencia y situaciones de agresión. El colegio no debe limitarse solo a enseñar, pero debe funcionar como generador de comportamientos sociales.

En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos a que son expuestos los niños, en la ausencia de valores, de límites, de reglas de convivencia; en recibir punición o castigo a través de violencia o intimidación y a aprender a resolver los problemas y las dificultades con la violencia. Cuando un niño está expuesto constantemente a esas situaciones, acaba por registrar automáticamente todo en su memoria, pasando a exteriorizarlo cuando vea oportuno. Para el niño que practica el bullying, la violencia es apenas un instrumento de intimidación. Para él, su actuación es correcta y por lo tanto, no se auto condena, lo que no quiere decir que no sufra por ello.


El agresor y la víctima del acoso escolar


Tanto el agresor como el acosado sufren. Por lo tanto, necesitan ser escuchados, atendidos y tratados


Según José Maria Avilés, psicólogo, experto y estudioso en el tema de acoso escolar, asegura que el 6% del alumnado es víctima de este fenómeno. Pero advierte que es preciso tratar el bullying con prudencia y no ver fantasmas donde no los hay. El acoso escolar no es un problema nuevo ni aislado, y lo que primero que hay que hacer en estos casos es identificar la víctima y el agresor. Y tener la consciencia de que ambos sufren, y por lo tanto, necesitan ser atendidos y tratados.

Dónde y cómo ocurre el acoso

A diferencia del mobbing o acoso laboral, el acoso escolar ocurre en las escuelas. Como se trata, en su mayoría, de un acoso invisible para los adultos, los profesores difícilmente tendrán conocimiento de lo que está sucediendo. El agresor acosa a la víctima en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio, reservando sus acciones durante la ausencia de mayores. En algunos casos, el acoso sobrepasa las paredes del colegio, pasando a ser telefónico e incluso por correo electrónico.

El bullying puede ser sexual, cuando existe un asedio, inducción, y abuso sexual; puede tratarse de una exclusión social cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro; puede ser psicológica, cuando existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro; y puede ser física, cuando se golpea, empuja, se organiza una paliza al acosado.

El autor del bullying

Normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación permanente. Posee un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presenta dificultad de ponerse en el lugar del otro, vive una relación familiar poco afectiva, y tiene muy poca empatía.
Según los expertos criminalistas y psicólogos, un niño puede ser autor de bullying cuando solo espera y quiere que hagan siempre su voluntad, cuando le gusta probar la sensación de poder, cuando no se siente bien o no disfruta con otros niños, si sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en casa, en la escuela o en la familia, cuando es frecuentemente humillado por los adultos, o cuando vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades. Los agresores ejercen su acción contra su víctima de diversas formas: les golpean, les molestan, provocan, acosan con empujones y golpes, les nombran de una forma desagradable o despectiva, les generan rumores, mentiras o bulos, les aíslan del grupo, les ofenden y les anulan.

La víctima del bullying

Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo, y no saben revidar por vergüenza o por conformismo, siendo muy perjudicados por la amenazas y agresiones.


Papel de los padres frente al acoso escolar


Qué pueden hacer los padres cuando su hijo es el acosador o el acosado en la escuela


La intervención de los padres, tanto del acosado como del acosador, frente a la ocurrencia de este fenómeno es fundamentalmente necesaria. Siga algunos consejos de cómo deben actuar los padres:

Cuando tu hijo es la víctima

En el caso de que los padres sospechen de que su hijo es un acosado o víctima de bullying, no le diga que se ocupe de solucionar sus propios problemas. Es sumamente positivo que establezcas un canal de comunicación y de confianza con tu hijo para que él se sienta cómodo en hablar contigo acerca de todo lo bueno y lo malo que esté viviendo. Si tu hijo es una víctima, hable con él, y se comprometa a ayudarlo a resolver este problema. Dígale que él no es el culpable de esta situación. No le haga sentirse culpable ni lo abandone. Intente siempre algo más.

Junto a su hijo, hable del tema. Hágale sentir arropado, sin estimular la dependencia. Implique a tanta gente como sea posible y siga esos consejos:
1- Investigue en detalle lo que está ocurriendo. Escuche a tu hijo y no lo interrumpa. Deje que desahogue su dolor.
2- Póngase en contacto con el profesor de tu hijo, con la dirección del colegio y con el jefe de estudios para alertarlos acerca de lo que ocurre, y pida su cooperación en la investigación y en la resolución de los hechos.
3- No estimule a tu hijo a que sea agresivo o tome venganza. Empeoraría más la situación.
4- Discuta alternativas asertivas para responder a los acosadores y practique respuestas con tu hijo.
5- En el caso de que el acoso continúe, prepárate para ponerse en contacto con un abogado.
6- Dependiendo del grado de ansiedad y de miedo que esté envuelto tu hijo, búscale un psicólogo para ayudarle a que supere este trauma. Pero jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos casos, es la de la familia.
7- Mantenga la calma y no demuestre toda tu preocupación. Demuestre determinación y positivismo.

Cuando tu hijo es el acosador

Es muy difícil para muchos padres el reconocer algo negativo en la conducta de sus hijos, por eso es muy importante, cuando se detecta el caso, que ellos trabajen directamente con la escuela para resolver este problema, de una forma inmediata, ya que normalmente el problema de una mala conducta suele crecer como una bola de nieve. Lo que jamás deben hacer los padres del acosador es usar la violencia para reparar el problema. Pueden ser acusados de malos tratos hacia su hijo.

Mejor seguir algunos consejos:
1- Investiga el porqué tu hijo es un acosador.
2- Hable con los profesores, pídales ayuda, y escuche todas las críticas sobre tu hijo.
3- Acércate más a los amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan.
4- Establezcas un canal de comunicación y confianza con tu hijo. Los niños necesitan sentir que sus padres los escuchan.
5- Vigílate para que no culpes a los demás por la mala conducta de tu hijo.
6- Colabora con el colegio dando seguimiento al caso y registrando las mejoras.
7- Canaliza la conducta agresiva de tu hijo hacia algún deporte de competición, por ejemplo.
8- Señala a tu hijo que la conducta de acoso no es permitida por la familia.
9- Déjale claro lo que ocurrirá si el acoso continúa.
10- Enséñale a practicar buenas conductas.
11- No ignore la situación. Mantenga la calma y procure saber como ayudar a tu hijo.
12- Ayuda a tu hijo a que manifieste sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.
13- Demuestre a tu hijo que lo sigue amando tanto o más que antes. Pero que desaprueba su comportamiento.
14- Anímale a que reconozca su error y que pida perdón a la víctima. Elogie sus buenas acciones.


Consecuencias del acoso escolar


Las consecuencias del bullying son incalculables para la víctima y para el agresor


El bullying no entiende de distinciones sociales o de sexo. A pesar de la creencia extendida de que los centros escolares situados en zonas menos favorecidas son por definición más conflictivos, lo cierto es que el bullying hace su presencia en casi cualquier contexto. Respecto al sexo, tampoco se aprecian diferencias, al menos en lo que respecta a las víctimas, puesto que en el perfil del agresor sí se apreciapredominancia de los varones.

Para la víctima

Las consecuencias del acoso escolar son muchas y profundas. Para la víctima de acoso escolar, las consecuencias se hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, etc. También se suman a eso, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.

Se puede detectar a una víctima de acoso escolar por presentar un constante aspecto contrariado, triste, deprimido o aflicto, por faltar frecuentemente y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar. Aparte de eso también atinge al plano físico presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, el pecho, de cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, etc. Sin embargo, eso no quiere decir que todos los niños que presenten este cuadro estén sufriendo por un acoso escolar. Antes de dar un diagnóstico al problema, es necesario que antes se investigue y se observe más al niño.

Para el agresor

En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se siente afectado, pudiendo provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas. Para el agresor, el bullying le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en un delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad exagerada.


Prevención y control del acoso escolar


Tanto la familia como la escuela pueden establecer reglas para evitar el acoso escolar


¿Se puede proteger a tu hijo a que no se convierta en un acosador ni en un acosado? Pues claro que sí. Por lo menos existen algunas pautas que pueden ayudar tanto a la familia como a los educadores y a la sociedad de un modo general, a prevenir este fenómeno. Luchar contra el bullying es una responsabilidad de todos. Cada parte implicada debe cumplir su papel:

La familia

Educar es una tarea muy difícil ya que los padres ni las madres son expertos en pedagogía o han nacido ya preparados para educar a sus hijos. Pero la familia se construye y su estado es considerado esencial para la socialización de los niños, a través de la transmisión de valores, normas, comportamientos, etc. La familia es la que tiene que establecer lo que es reprobable y lo que es aceptable, en casa y en la relaciones sociales. Según los expertos en acoso escolar, la ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control razonables de la conducta de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen y con quién van, una disciplina demasiado dura, la falta de comunicación y la ocurrencia de tensiones y de peleas en la familia, pueden llevar a que los hijos adquieran conductas agresivas.

Qué puede hacer la familia

Existen cursos y reuniones de escuela de padres y madres que pueden orientar a los progenitores acerca de lo que puede hacer para mantener alejados a sus hijos del bullying. Se basan, normalmente, en reglas básicas como:
1- preocuparse por sus hijos, hablando con ellos. Crean un canal de diálogo con ellos. Eviten los monólogos. Se aprende y se conoce mejor los hijos oyéndoles.
2- Estar pendiente de los posibles síntomas como nerviosismo, falta de apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar, fobia escolar, etc.
3- Controlar y supervisar las conductas de sus hijos, observando qué hace, a dónde va, con quién juega, cuáles son sus intereses, proyectos, etc.
4- Determinar los límites y las normas. Exigir el cumplimiento de las elementales.
5- Educar para controlar las emociones, para comportarse con los demás, para convivir con otros.
6- observar los comportamientos, estados de ánimo, y los cambios en los hábitos de los niños.

La escuela

El tipo de disciplina que haya en el aula y en el centro es de fundamental importancia en la construcción de una buena conducta. La constante supervisión en las aulas y en el patio, así como en el comedor, también cuenta a la hora de detectar si está o no ocurriendo algún acoso escolar. Profesores y cuidadores deben estar presentes, siempre.

Qué deben hacer las escuelas

En un principio, no cerrar los ojos a la realidad. Establecer reglas para evitar el bullying, mantener un buzón de sugerencias y de quejas siempre abierto, tratar el tema a través de cursos, conferencias o tutorías, poner a cuidadores o vigilantes en el comedor, en el recreo, y en otras zonas de riesgo, introducir y mantener asignaturas de educación en valores, e intervenir de una forma rápida, directa y contundente en el caso de haya alguna sospecha de acoso escolar. En complicidad con el centro escolar, los profesores deben colaborar en la identificación de algún caso, o simplemente estableciendo con sus alumnos unas normas de no agresión.

Qué pueden hacer las instituciones y los medios de comunicación

Crear y mantener un teléfono público para los niños es una forma de abrir una puerta a sus posibles conflictos. Las campañas anuales de sensibilización también pueden funcionar para prevenir el acoso escolar. En cuanto a los medios de comunicación sería interesante y muy viable que controlasen más los contenidos que emiten o publican.
La sociedad en general debe prevenir y atajar posibles brotes de acoso. Es necesario estar atento y no dejar pasar nada o pensar que todo es normal o se trata de una broma. Cuando un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso no se repita. Cuando en el patio del colegio alguien se burla del aspecto de otra persona, hay que reprenderle. Lo malo se corta por la raíz.


http://www.guiainfantil.com/educacion/escuela/acosoescolar



2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el artículo.

    Aprovecho la ocasión para invitaros a "hurgar" y si os parece conveniente dar a conocer estas vergonzosas realidades que sufro con mi hija.
    Saludos

    http://elcuadernodeguillermonoacoso.blogspot.com/

    http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/

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  2. HABRÍA QUE REVISAR SI NOSOTROS, ADULTOS, HACEMOS "BULLYING" A NUESTROS "ALREDEDORES"...

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Gracias por su comentario. Será publicado en unos momentos.